El running se ha convertido en una disciplina masiva en Santiago del Estero, atrayendo a personas de todas las edades y estratos sociales. Expertos locales como Neri Chávez y Pablo Barragán explican que su crecimiento exponencial se debe a múltiples factores: desde la búsqueda de bienestar físico hasta su rol como terapia emocional post-pandemia. Según datos recopilados, mientras hace una década las carreras reunían apenas 60 participantes, hoy superan los 1,200 corredores, evidenciando su popularidad.
La pandemia marcó un punto de inflexión para esta práctica. Barragán destaca que el confinamiento motivó a muchos a buscar actividades al aire libre, encontrando en el running una vía para mejorar la autoestima y salud mental. Además de sus beneficios psicológicos -como la liberación de endorfinas-, esta actividad previene enfermedades cardiovasculares, regula el peso y fortalece el sistema respiratorio. Ivanna Herrera Loto, líder del grupo Ellas Corren, resalta su dimensión social: «Es una herramienta para crear vínculos y compartir experiencias». El fenómeno también alimenta el atletismo competitivo, sirviendo como semillero para nuevos talentos. Con escuelas de atletismo proliferando y eventos como el Maratón de EL LIBERAL convocando multitudes, el running se consolida como un estilo de vida saludable con profundas raíces en la comunidad santiagueña.